Adolf Merckle, un empresario alemán que perdió 2.000 millones de dólares a causa de la crisis financiera, se suicidó hace unos días. Merckle era uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna que Forbes estimó en más de 9 mil millones de dólares. Lo que más me llamó la atención de este caso es que a pesar de sus 74 años, Merckle estaba tan apegado a su fortuna que no podía vivir sintiendo que la perdía…Siempre creí que era una condición necesaria del entrepreneur exitoso una gran pasión por su emprendimiento. Y Merckle sin duda fue un gran y apasionado emprendedor. A fines de la década del sesenta Merckle heredó de su padre una pequeña empresa farmacéutica que contaba con 80 empleados. Poco a poco, año a año, construyó un imperio, con ventas en torno a los 60 mil millones de dólares y con más de 100.000 empleados. Merckle construyó un mega-holding internacional que incluía el grupo farmacéutico Ratiopharm, a la empresa de cemento Heidelberg Cement y a uno de los distribuidores de fármacos mayoristas más grandes de Europa, Phoenix.
Merckle también tenía una empresa de inversiones que perdió 2.000 millones de dólares en noviembre cuando las acciones de VolksWagen se fueron a las nubes durante una lucha por la adquisición con Porsche, y Merckle apostó por el lado equivocado. Los informes de los medios en Alemania lo identificaron como el perdedor individual más grande de la debacle financiera y esto le provocó a Merckle una caída vertiginosa a la depresión.
Este fue el súbito comienzo del fin para Merckle, quien simplemente no pudo soportar su fracaso. Para Merckle, al parecer, no tenia sentido vivir con este fracaso a cuestas.
Merckle vivía en un pueblo del sur alemán y era un ferviente escalador de montaña cuyo único lujo era ir de expedición a la Cordillera de los Andes o al Himalaya. Había nacido en Dresden en 1934 y era padre de cuatro hijos.
Su familia atribuyó el suicidio a la depresión económica. “El estado de deterioro económico de sus empresas consecuencia de la crisis financiera y la incertidumbre relacionada con ella reinante en las últimas semanas, además de la impotencia para hacer algo por ello destruyó a este emprendedor de familia, y él dio fin a su vida,” dijo su familia en una declaración.
En el último mes, su imperio estuvo al borde del colapso cuando el Royal Bank de Escocia le negó otro préstamo puente por 360 millones de libras esterlinas (400 millones de euros) para rescatarlo.
Dejó a su esposa Ruth, a sus hijos Ludwig, Philipp Daniel y Tobias y a una hija, Jutta.
Qué triste que alguien con tanta capacidad de construir compañías, tanta consistencia de una vida llena de éxitos, al final de su camino no haya podido o sabido relativizar valor del dinero.
Cómo no pensó en su familia? Y en sus amigos? Y en todo lo que podía hacer todavía con su propia vida?… Que tristeza!
Merckle nos dejará muchas ideas para pensar a los emprendedores. Hasta dónde es bueno enamorarnos de nuestros proyectos? Cuál es el límite? Cómo prepararnos para el fracaso… que siempre puede ocurrir?
Me vinieron a la mente las palabras que decía Rudyard Kipling, para ser un hombre de verdad, uno debe pasar la prueba de construir una gran fortuna, luego perderla, y arrancar nuevamente a construirla sin jamás mirar hacia atrás ni decir una palabra sobre las pérdidas. Qué sabio era Kipling! Pero qué difícil seguir su consejo, no?
Jose Alfredo Cel: 04455-4394-1594 Tel: 0155-1554-7794 www.towisaldos.com
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